Descripción del templo

DESCRIPCIÓN DEL NUEVO TEMPLO EN EL DIA DE SU INAUGURACION, 23-1-1902

Es de estilo neogótico diseñado por D. Francisco de Cubas y González-Montes (Marques de Cubas) sucedido por su discípulo predilecto, el arquitecto don Miguel de Olabarría, ayudado por D. Ricardo Guereta y D. Juan Moya.

La fachada no tiene un estilo definido y preciso. Presenta detalles acusados de estilo ojival y mudéjar, en una muy equilibrada mezcla, con un magnifico tímpano sobre la puerta que representa la Exaltación de la Santa Cruz, obra de Aniceto Marinas.

La Torre, mide 60 metros de altura, es obra genial del Marques de Cubas: de grandes dimensiones y sólida construcción, parece tener un doble carácter civil y religioso, o mas bien guerrero, de una torre militar guarnecida por cornisa en forma de matacán, según el proyecto primitivo ha de estar rematada con una espadaña en forma de flecha, que medirá 30 m, de altura, coronada con una gran cruz.

Los altares laterales, el púlpito y confesonarios, también de estilo gótico, fueron construidos en los talleres de Suárez, Gómez y Flosado. El Altar Mayor fue una donación anónima. Toda la cerrajería fue construida por el Sr. Vallejo, y todas las vidrieras fueron realizadas en los talleres de José Maumejean de Madrid, con boceto de Mélida, Tienen fecha de 1901.

EI aspecto interior del templo resulto severo y mayestático. Sus dimensiones son de 53’22 metros de largo, a contar desde la fachada de la calle Atocha, el ancho del crucero es de 24’60 m., ancho de la nave, 11’40 m. La altura de la bóveda es de 23 m., y la de la linterna o cimborrio de 34’50 m. Tanto el cimborrio, la nave como las capillas y brazos del crucero están cubiertos por bóvedas de crucería con claves decoradas con florones de talla, y ostentan los del crucero las armas de la Diócesis; el del lado del evangelio, las armas del obispo Cos, y el de la epístola, la del obispo Sáncha, en recuerdo del favor que dispensaron a las obras cuando fueron prelados de Madrid. Los muros, pilastras y bóvedas están pintados al temple, imitando piedra caliza, y despiezado todo en sillarejo. Este despiece se sigue en la capilla mayor y en la del Santísimo, si bien en ambas son tiradas de oro fino con filete rojo en la primera, y azul en la segunda (actualmente todo al temple). Todos los florones y los arranques de los nervios en las naves altas, policromados al óleo con colores enteros y oro fino, lo que es muy característico en el primer periodo del arte ojival.

La decoración de la Capilla Mayor consistía cuando la inauguración en una gran cruz, actualmente tras el retablo mayor, en cuyo centro campeaba el Cordero Pascual, y en los extremos de los brazos los tetramorfos de los cuatro Evangelistas. Los brazos de esta cruz miden 11 m, El zócalo estaba decorado al óleo con pafio rosa, salpicado con motivos en azul, sobre los que descansaba en letras de oro el anagrama JHS.

La nave del templo esta precedida de un vestíbulo de 9 metros cuadrados, base de la torre, el cual tenia a su derecha el Baptisterio y a la izquierda una capilla destinada a la congregación de la Paz y Caridad. 

La capilla del Rosario estaba pintada al óleo a base de colores azul y rojo del manto y túnica de la Virgen, y negro y blanco el escudo, sirviendo este como motivo de decoración de los paños. Esta capilla en la que se gastaron 20,000 Ptas., fue costeada por don Guillermo Flolland, la imagen de la Virgen era obra de José Alsina. 

La capilla del Carmen estaba pintada al temple y decorada con motivos e inscripciones, usando en distinta tonalidad lo característico del hábito del Carmen.

El pavimento de toda la iglesia era entarimado de pino resinoso y de piedra el de la capilla Mayor.

Las restantes Capillas se hallaban sin terminar en el día de la inauguración del templo.

RECORRIDO DESCRIPTIVO POR EL INTERIOR DE NUESTRO TEMPLO PARROQUIAL, TAL COMO HOY SE ENCUENTRA

El templo de Santa Cruz pudo, gracias a Dios, conservarse en pié durante nuestra guerra de 1936: su edificio, su fabrica. Pero su interior quedó hollado, maltrecho, profanado y casi destruido.

Después de la guerra fue reparado, reconstruido y reformado.

Actualmente, el presbiterio luce la noble sillería de nogal, de estilo neogótico que había el día de la inauguración de esta iglesia, en 1902. Al estallar la guerra del 36, y convertir la iglesia en almacén de intendencia, desmontaron esta sillería y la colocaron como parapeto delante de los balcones de la antigua sacristía para protegerse de la metralla. Al volver la iglesia al culto, en abril del 39, inmediatamente la volvieron a colocar en su sitio. Haciendo juego con esta sillería había también un precioso baldaquino desaparecido en la contienda, que luego fue sustituido por el actual.

Sobre esta sillería se levanta el retablo mayo, que tiene tres cuerpos de madera sobredorada, que fue realizado en 1962. En sus laterales se destacan las imágenes de los cuatro Evangelistas, y de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. El motivo central del retablo es un Calvario. Todo ello, obra de Emilio Tudanca.

En los costados laterales también figuran cuatro grandes lienzos, pintados por Salvador Escolá Salvaté en 1962. Representan a la izquierda, “La visión de Constantino” y “La invención de la Santa Cruz por Santa Elena”, a la derecha, “Constantino arengando a las tropas contra Majencio, en el Puente Milvio” (de la boca de Constantino sale una frase escrita: “Por Dios combatimos” cada uno vencerá a mil”); y el “Emperador Heraclio con la Cruz a cuestas camino del 

Calvario”. Encima de estos lienzos, abarcando dos líneas, hay una leyenda, en escritura gótica, que dice: “Domine, dilexi decorem domus tuae et locum habitationis gloriae tuae”.

En el centro, en la parte inferior, hay una pintura muy sugestiva, en la que el pintor Escolá quiso representar la “Exaltación de la Cruz”, poniendo como protagonistas del tema, al párroco D. Abundio, que revestido de capa pluvial, levanta en alto la Santa Cruz, rodeado de los sacerdotes de la parroquia y colaboradores del momento.

Delante del retablo se levanta un baldaquino de bronce y mármol, en cuyo interior se expone a la adoración de los fieles, en un relicario de plata sobredorada, un pequeño trozo del leño de la cruz de Cristo (Lignum Crucis), que las monjas carmelitas del Cerro de los Ángeles poseen, y que generosamente donaron una parte de el a la parroquia de Santa Cruz, en febrero de 1962 sustituyendo al desaparecido en el año 36. 

EI relicario del Lignum Crucis, de estilo gótico, tiene forma de cruz rematada con los tetramorfos de los evangelistas. Este esta sostenido en el interior de  una Cruz de madera de caoba con aplicaciones doradas.

El altar mayor construido en 1904, es de mármol rojo, negro y bronces. Unas columnas góticas de mármol exentas, sostienen la mesa del altar. En el frontal del altar destacan tres escudos que corresponden: el central a la diócesis de Madrid Alcalá, y los laterales a los obispos de Madrid, doctores cardenales Cos y Guisasola. El primero contribuyo eficazmente a la construcción del templo actual; y el segundo, en cuyo pontificado se realizo la construcción de este altar.

La Capilla del Santísimo posee la mejor y mas grande vidriera artística de toda la iglesia, que representa “Los Desposorios de la Virgen y San José” a cuyo pié hay una leyenda que dice: “Boceto de Mélida ejecutado en Madrid por José Maumejean. 1901”. EI Sagrario de plata es de estilo gótico, En su costado derecho, grabada a buril, hay la siguiente leyenda: “Este altarcito y sus accesorios son propiedad de los feligreses de la parroquia de Santa Cruz de esta Villa y Corte de Madrid, Ha sido costeado a sus expenses para suministrar el Santo Viático a los enfermos de la parroquia, construido por don Francisco Moratilla, artífice platero y feligrés de la misma, bajo la dirección y celo del cura párroco, don Máximo Díaz, año 1849”.

El Altar es flanqueado por dos esculturas de los Sagrados Corazones de Jesús y Maria, debidas la primera al escultor sevillano José R. Fernández-Andes, año 1940, y la segunda a Tomas Noguera Belenguer, 1957.

En esta capilla existe también un oratorio en nogal, estilo segundo imperio, del siglo XIX con filigranas de marquetería francesa en su interior se encuentra la talla en alto relieve de la Virgen con el niño, que es de madera policromada, del siglo XVI.

La pila bautismal, situada bajo la tribuna de la epístola, es de mármol veteado, de marcado estilo barroco tardío, inicios del siglo XVII de procedencia desconocida. Sobre esta pende un lienzo de San Juan Bautista, anónimo del siglo XVIII.

En este lateral, un solo altar con retablo de mármol blanco e imagen de Nuestra Señora de las Nieves 1953, Patrona de Almagro (Ciudad Real).

Dentro de la capilla de la Virgen de la O, y en el lado izquierdo, nos encontramos un altar y retablo gótico, de madera sobredorada, en el centro de este, un hermoso cuadro de la Virgen de la Cinta, Patrona de Huelva, imitando una pintura gótica, obra de J. Martín Estévez. Es titular de la Hermandad del mismo nombre, que se estableció en ésta en 1958. A ambos lados, la escultura de San Sebastián, Patrono de Huelva, y la pequeña imagen, vestida, de Nuestra Señora del Rocio, Patrona de Almonte (Huelva), las dos de 1958 del sevillano Buiza.
En el retablo central, gótico, de madera oscura con filetes 

dorados, la imagen de la Virgen de la O. Debajo, en una urna, la imagen de Nuestra Señora del Transito, de autor anónimo, anterior al siglo XV y de posible procedencia templaria.

El retablo central de la capilla de la Virgen del Pilar, es neoclásico, de Agusrtín Fernández, 1943. A los lados del retablo las imágenes de Santiago Apóstol y Santa Lucía, 1945; la titular de la capilla fue traída de Zaragoza en el año 1943, y es una copia exacta de su homónima zaragozana.

La mesa del altar tiene un frontal muy curioso; de madera sobre-plateada, orlado con todos los escudos de las provincias españolas, y en el centro el escudo de España del año 1931, Autor; Antonio Vallés.

En el lado izquierdo, un altar y retablo gótico, de madera sobre-dorada con una dulce pintura de la Virgen de Gracia, Patrona de Archidona (Málaga), obra del pintor malagueño Antonio Burgos, de 1959.

En la capilla de San Antonio de Padua, “El Guindero”, nos encontramos un retablo neogótico, de madera sobre-dorada, realizado en el año 1962 por Emilio Tudanca. En el centro el famoso cuadro de San Antonio “El Guindero”, de autor desconocido, hacia el siglo XVI. A sus lados dos pinturas que representan dos momentos del milagro de las guindas, del Pintor Emilio Tudanca.

Capilla de Nuestro Padre, Jesús del Gran Poder: tiene un precioso retablo neo-barroco, de madera sobredorada, construido en 1940. En la parte superior hay una pintura con el escudo de la hermandad del Gran Poder, sostenido por dos ángeles. En cada muro lateral hay unos grandes racimos de lámparas votivas, muy de la estética sevillana. La imagen de Jesús es talla del escultor Víctor González Gil, Madrid, realizada en 1978. La de María Santísima de la Esperanza es de los hermanos Tudanca del año 2015.

La venerada imagen de San Judas Tadeo, de madera de abedul, es obra del escultor Alfonso Delicado y dorador José Castro, año 1989.
Al lado izquierdo, y dentro de la misma capilla, hay una hornacina pequeña, con la imagen de San Juanito Bautista (niño). En el machón de ingreso a la Capilla del Gran Poder, esta en un oratorio y bajo dosel de madera oscura, la devota imagen del Señor de las Penas, de autor anónimo, instalada en 1942.

El retablo de la capilla de la Virgen de los Desamparados e imágenes son posteriores al año 1940, imitando los que había anteriormente. Realizo la obra la casa Garín, de la calle Mayor. Esta capilla alberga seis lienzos:  en el lado izquierdo “Tobías con el Arcángel San Rafael” y el “Santo Ángel de la Guarda”, ambas anónimas de la escuela sevillana, siglo XIX; la “Encarnación”, copia de Murillo de principios del siglo XIX. En el lado derecho figura “La Virgen de los Desamparados en su altar” de finales del siglo XVII, “San Vicente Ferrer”, anónimos de finales del siglo XVIII o principios del XIX; la “Aparición de la Virgen” con los santos valencianos San Vicente Ferrer, San Luis Beltrán, San Francisco de Borja y el Obispo Valerio, firmada por Barranco, 1776. Todas las pinturas de la Iglesia se conservaron durante la guerra.

La capilla de la Virgen del Carmen tiene retablo neogótico de Agustín Fernández, 1942. En el centro la efigie de la Virgen del Carmen, a los lados las esculturas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Todas ellas de factura moderna. En el lado derecho, altar y retablo de madera dorada, estilo gótico, de Tudanca 1956, con la imagen de San Juan de Dios, obra de Alsina Subirat, año 1850 y regalo de Isabel II a la Asociación de A.T.S., que radica en esta desde 1956.

Casa Garín se encargará también de la capilla de Ntra. Sra. de los siete Dolores hacia 1942, En el retablo central, que es neogótico, de madera en su color, se destaca una talla que representa al Cristo de la Agonía sobre una imagen de Nuestra Señora que da nombre a la capilla. Ambas tallas se realizaron hacia 1945. En el lado derecho, un altar y retablo gótico, de madera sobredorada, con la imagen de la Virgen de Araceli, Patrona de Lucena (Córdoba) y del Campo Andaluz (1959).

La capilla de los carpinteros, tiene altar y retablo, de estilo barroco, dorado, con columnas salomónicas, fue realizado en 1943 por Francisco Palma Burgos. Las tres imágenes de la Sagrada Familia, de Ricardo Pons, también de 1943, y en 1963, Emilio Tudanca, coloca en ambos lados de la capilla dos retablos gemelos con escenas de San Isidro, Sta. María de la Cabeza y los padres de la Virgen. Dentro de una urna, descansa la talla del Santísimo Cristo de la Vida Eterna, obra de Jacinto Higueras, 1941.

Crucero lateral derecho:

Tres altares de factura moderna se sitúan bajo la tribuna de la sacristía con las imágenes de Santa Marta (Víctor de los Ríos 1957), Virgen Milagrosa y Santo Ángel de la Guarda.

Los bancos de la iglesia; los muebles de la sacristía, ambos de estilo neogótico, los hizo Lahorga, en la calle Almirante, año 1942.

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