Triunfos de la Santa Cruz

LOS CUATRO TRIUNFOS DE LA SANTA CRUZ

Aparición de la Santa Cruz a Constantino

Según la Historia de Eusebio de Cesárea, a Constantino le gustaba la soledad para meditar y no le satisfacía el politeísmo, buscaba a un Dios que gustaba llamar “Padre del Cielo”. Mientras el imperaba en las Galias, los otros Césares eran Maxencio y Licinio. Estalló una contienda entre ellos, debido a rivalidades personales. Constantino supo arrastrar al pueblo y a las legiones. Maxencio, queriendo vengar el asesinato de Maximino Hércules por intrigas de Constantino, tiene que enfrentarse a éste, viniendo de Galia por Turín y la Vía Flaminia.

Eusebio, refiere el milagro que oyó al mismo Constantino. Al comenzar la guerra, pensando en su muerte pide una señal al Dios de les cristianes y en el cielo del mediodía vio una cruz de sangre y el lema “In hoc signo vinces” (Con esta señal vencerás) y de noche sueña que Cristo le manda que sus legiones lleven su nombre. Constantino ordena sustituir en los lábaros de las legiones, las águilas por cruces y crismones (XP), EI 28 de octubre se enfrento a Maxencio en el Puente Milvio (312) al norte de Roma y marco el triunfo de la Cruz. Maxencio pereció ahogado, su cabeza fue paseada en una pica por Roma en la entrada triunfal de Constantino, El edicto de Milán al año siguiente (313) firmado por Constantino y Licinio concedía la libertad de culto a los cristianos.

Otra aparición de la Cruz en el siglo IV, la refiere San Cirilo obispo de Jerusalén en una carta a Constancio, hijo de Constantino, y tuvo lugar en Jerusalén en Pentecostés a la hora de tercia, una cruz grandísima de resplandores celestiales que se extendía sobre el Gólgota hasta el monte de los Olivos, fue vista por toda la ciudad, durante muchas horas y con claridad superior a la del sol.

Invención de la Santa Cruz

Jerusalén, destruida por Tito el año 70 y por Adriano el año 135,fue reedificada con el nombre de Aelia Capitolina, con hermosos monumentos y numerosos templos paganos, poblada de estatuas de dioses, abominación de los judíos que tenían prohibido entrar en ella. Sobre el monte Moriah se levantó el altar de Júpiter y en el monte Calvario el de Venus-Astarté.

Después del edicto de Milán (313), la emperatriz Elena, madre de Constantino, a los 80 años de edad marcho en peregrinación a Oriente a buscar la Cruz de Cristo (326). Eusebio refiere las aclamaciones por las provincias donde paso. En Belén manda derribar el altar de Adonis y edifica el templo magnífico de la Natividad. En Jerusalén, Eusebio solo habla del memorial de la pasión enterrado hace muchos años; pero informan Rufino, Sozomeno y San Juan Crisóstomo, Elena hace derribar el altar de Júpiter y la imagen de Afrodita-Astarté. El Gólgota con el Sepulcro habían sido rellenados de escombros y tierra, lo que aseguro su conservación. Elena consulto a los ancianos y según la tradición ordeno excavaciones en una cisterna, todo realizado bajo la mirada de la Emperatriz, hasta descubrir una gruta con leños en desorden; en el fondo había tres cruces de madera resinosa, y además los clavos y la inscripción de la condena de Jesús. ¿Cuál de las tres era la cruz de Cristo? con la mentalidad ingenua y de fe profunda de aquella época, Macario, el obispo de Jerusalén, ordeno rogativas y las aplicaron a una mujer paralítica; las dos primeras no produjeron ningún efecto, pero sano inmediatamente al contacto con la tercera. La multitud grita de admiración y en la procesión de la tarde encuentran un entierro; el obispo quiere asegurarse y aplican las tres cruces al cadáver, la tercera ya reconocida, le devolvió la vida, era el 14 de septiembre del año 326, Elena mando edificar el “Martyrium” sobre el sepulcro de Cristo a los arquitectos imperiales Zenobio y Eustorgio, colocando la Cruz en un relicario precioso, otra parte la envió a Constantino con los clavos que hoy se conservan en la basílica de “Santa Cruz de Jerusalén” en Roma, pero se hicieron muchos fragmentos; uno fue llevado por Constantino a la recién fundada Constantinopla, los trozos principales están en el Monte Athos, en Bruselas, en Gante, en Venecia; Poitiers conserva desde el siglo VI un trozo notable que regalo a Santa Radegundis, el Emperador Justino de Bizancio, e inspire a Venancio Fortunato el célebre himno “Vexilla Regis”. Uno de los mayores esta en Santo Toribio de Liébana (Potes, Santander), En esta Parroquia de Santa Cruz hay una astilla diminuta procedente de las Carmelitas del Cerro de los Ángeles. En el año 335 se celebraron en Jerusalén grandes solemnidades con motivo de la dedicación de la basílica de la Resurrección, erigida sobre el sepulcro de Cristo.

Exaltación de la Cruz

A principios del siglo VII, Focas, asesino del Emperador Mauricio de Bizancio, se apodera del trono, y Cosroes, rey de Persia, amigo de Mauricio, quiere vengarle; pasa el Eúfrates con su ejercito (604) y se acerca al Bósforo tras una serie de victorias, El alo 610, Heraclio, exarca de África, cansado de la tiranía de Focas, se subleva y le depone, pero Cosroes continúa la guerra. En una difícil campaña en Siria. El general Scharbaray conquista Damasco y el 614 entra en Jerusalén, dejando una guarnición que es degollada por el pueblo, pero provoca terribles represalias. Jerusalén es saqueada por Cosroes y sus soldados, hablándose de 57.000 muertos y 35.000 prisioneros. EI Patriarca Zacarías es deportado a Persia, con la mayoría de sus fieles; los judíos compran a muchos como esclavos; ardieron las basílicas, especialmente la de la Resurrección y la del monte Olivete. Solo se libro Belén por las imágenes de los Magos de Oriente en la Basílica del Nacimiento. Lo mas doloroso fue la pérdida de la Cruz, que fue llevada por los persas a su capital Ctesifonte, como trofeo, pues Cosroes sentía influencias cristianas y quería conquistar Bizancio.

Heraclio, sin armas, ni hombres, ni dinero, no se desanimó; los primeros intentos le llevaron a abandonar las provincias orientales; Asia Menor cayó en manos persas; desde Jerusalén la invasión llegó a Alejandría; Heraclio presenció impotente el incendio de su palacio al otro lado del Bósforo, pero hizo sus planes; en el momento oportuno paso a Armenia, reclutó voluntarios entre estos valientes montañeses y comenzó por proponer la paz a los persas, enviando embajadores y aceptando condiciones que no fuesen humillantes; pero Cosroes quiso que los cristianos apostataran y aceptaran la religión de Zoroastro, Entonces comenzó a prepararse, con la ayuda de la iglesia que vendió sus bienes, organizando un pequeño ejército que se fortaleció con oraciones y ayunos. Confiando en Dios, Heraclio dejó a su hijo pequeño Constantino encomendado al Patriarca Sergio y avanzó hacia la capital Sasánida para atacar a Ctesifonte y después del combate hizo capitular al enemigo; Cosroes se vio abandonado por sus tropas y trato de huir, pero cayo prisionero. Libertado, después se vio ultrajado y condenado a muerte por su hijo.

Heraclio puso como primera condición al nuevo rey persa Siroes la restitución de la cruz, que estaba intacta en un estuche de plata (628) y la llevó a Constantinopla, además exigió la liberación de los cristianos con el Patriarca Zacarías de Jerusalén cautivo desde hacia14 años, En la primavera del año 629 Heraclio embarca para Palestina y al tratar de llevar la cruz de nuevo al Santo Sepulcro, en una procesión solemne, cargándola sobre sus hombros, al llegar a la puerta del Calvario se detuvo impedido por fuerzas

misteriosas, tras varios intentos, sorprendido y extrañado, el Patriarca Zacarías le dijo: príncipe, la riqueza con que vestís no es conforme con la pobreza de Jesús cargado con la cruz. EI llevaba corona de espinas, tu corona de oro. EI caminaba descalzo y tu con lujosos calzados. Despojado de toda ostentación y símbolos regios, continuo sin dificultad hasta la cima del Calvario, y además hubo varios milagros de paralíticos, leprosos y enfermos curados. Con este motivo, se comenzó a celebrar la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 14 de septiembre. Los peregrinos llegaban a Jerusalén, y recibían el nombre de “palmeros” por la procesión de las palmas que glorificaban la Cruz. EI ultimo día de las fiestas, el 14 de septiembre, llega el patriarca con su séquito, toma la cruz depositada en un estuche precioso y la levanta para ser venerada por todos, provocando en la muchedumbre un entusiasmo indescriptible; es lo que da el nombre a la fiesta “la Hypsosis”: esto es, ostensión, elevación o exaltación.

Triunfo de la Cruz: Las Navas de Tolosa

El caudillo almohade Mohamed ben Yacub, Emir al-Muminin, llamado por los cristianos españoles Miramamolín, quiso conquistar toda la península con un gran ejército reclutado en Marruecos. El rey Alfonso VIII de Castilla, se puso en contacto con los demás reinos hispánicos, Aragón, Navarra, León y Portugal y de acuerdo con sus nobles y obispos se preparo para la camparña el Papa Inocencio III visitado por el Arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada, que acudió a buscar ayudas en Francia y el imperio, concedió las gracias de la Cruzada, tomando por motivo las blasfemias del rey moro contra la cruz. Ordeno en Roma ayunos y rogativas por tres días presidiendo la procesión descalzo. La predicación de la cruzada atrajo muchas compañías europeas con nobles y prelados que se reunieron en Toledo, comenzando las penitencias y oraciones. Las tropas extranjeras llegaban a 50.000 infantes, Portugal, sin rey, envió voluntarios… Pedro II de Aragón se prestó con 20.000 infantes y 3,500 caballeros el día de la Trinidad del año 1212.

Salieron las tropas de Toledo el 21 de junio con gran cantidad de pertrechos y víveres y el primer encuentro con el enemigo fue en Malagón, cuya guarnición mora se defendió en un cerro escarpado, pero una vez conquistado, fueron todos pasados a cuchillo, Lo mismo sucedió en Calatrava, aunque los españoles se opusieron a la matanza, que exasperaría a los musulmanes, y perdonaron a los rendidos. Se permitió retirarse a los extranjeros con el botín, desalentados por el calor y las enfermedades; habían cumplido los 40 días de servicios contratados, Arnaldo, obispo de Narbona y Teobaldo Blascón de Poitiers oriundo de Castilla, considerando esto como cobardía, se quedaron.

Al marchar los extranjeros, muchos tuvieron miedo y desanimo y hasta hubo deserciones, Mohamed se envalentono. Llegados los cristianos a Alarcos, los musulmanes la desguarnecieron; aquí se unió Sancho VII de Navarra que animo a los cristianos. Llegados a la Sierra Morena por el puerto de Muradal o Almoradiel, el Caudillo moro espero en campo llano, pero, destaco tropas al desfiladero de las Navas de Tolosa, esperaba agotar al ejército cristiano por falta de vituallas o arriesgarlo a un paso muy difícil. Los capitanes aconsejaron retirarse y no arriesgarse al desfiladero.

D. Diego López de Haro, envió a su hijo Lope con un destacamento de soldados, que tomo la fortaleza de Castro Ferral, al oriente de las Navas, pero, al llegar al paso de la Losa, lugar clave, muy bien defendido, se desanimo. EI apocamiento cundió por todo el ejército que tenía por imposible la empresa, temiendo morir de hambre y a manos del enemigo, Entonces providencialmente se presento el pastor Martín Halaja, buen conocedor del terreno, a quien algunos tuvieron por un ángel del cielo, que guió al ejército por una ladera sin daño, engañando a los moros. Algunos capitanes consideraron esto como temeridad el seguir a un desconocido, mientras que otros tenían por insensatez despreciar un enviado celestial. Elegidos unos valientes, don Diego López de Haro y don García Flomeu, caballero aragonés, siguieron y confirmaron los datos del pastor para llegar a la ancha explanada de las Navas de Tolosa.

Con la alegría cundió el valor, aunque el ejercito cristiano estaba rendido de cansancio y se sentaron a comer hombres y caballos para prepararse.

El moro envió mensajes a Jaén y a Baeza, que tenía cercados a los cristianos, El lunes 16 de julio después de confesar y comulgar para ganar el Jubileo, se lanzaron al combate,

El rey Miramamolín estaba en el pabellón real defendido por cuatro escuadrones que se hablan atado con cadenas para impedir la huida.

Los cristianos hicieron tres cargas sin lograr romper las filas enemigas; pareció la victoria inclinarse del lado musulmán, tanto que el rey Alfonso dijo al Arzobispo don Rodrigo: “Ea, Arzobispo, muramos aquí yo y vos” y quiso lanzarse al fragor del combate, pero Rada le respondió: “No quiera Dios que aquí muráis, antes aquí habéis de triunfar de los enemigos…”

El ultimo escuadrón cargo con tanto ardor e ímpetu que levantó el animo del ejercito. Una carta de Blanca de Castilla, madre de San Luis, a Blanca de Champagne, hermana de Sancho el Fuerte, atribuye a este la acción decisiva, saltando por encima de la guardia negra encadenada. Estas cadenas son las que blasonan el escudo de Navarra.

Algunos dicen que al empezar la batalla, apareció en el cielo una cruz resplandeciente, pero, no lo cita don Rodrigo, ni la carta del rey Alfonso VII al Papa…. Si bien, la cruz que llevaba el canónigo de Toledo Domingo Pascual, delante del arzobispo, avanzo entre los moros sin diño a pesar de las flechas. El pendón se conserva en la Catedral de Burgos.

La victoria fue rotunda y el Papa Gregorio XIII instituyo la fiesta del Triunfo de la Santa Cruz (30-Dic,-1673), para celebrar en España el 16 de julio.

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